Programa nuclear, prioridad para Corea del Norte
La muerte de Kim Il Sung, el 8 de julio de 1994, introdujo un período de incertidumbre, cuando su hijo, Kim Jong Il, asumió el mando del liderazgo. La sospecha de posesión de armas atómicas del país fue un tema muy discutido, y en junio de 1995, el Norte recibió un reactor nuclear de Corea del Sur.
Las bombas nucleares que caracterizaron la década de 1990 fueron eclipsadas por una hambruna que afectó a 24 millones de habitantes de la nación en 1998 y 1999. Dos años de fuertes sequías e inundaciones en 1997 y 1998, causaron la pérdida de cosechas con efectos devastadores. Debido a la falta de combustible y piezas de maquinaria, y las condiciones meteorológicas que alentaron los parásitos, sólo el 10% de los campos de arroz de Corea del Norte podría ser trabajado. La crisis alimentaria paralizante hizo necesaria la ayuda externa. En el otoño de 1999, la hambruna severa, que se cobró una estimación de 2 millones a 3 millones de vidas, había comenzado a decaer. La desnutrición y el hambre, sin embargo, continuaron afectando a Corea del Norte en 2000. Miles de personas han intentado huir a China o Corea del Sur, y sólo unos pocos han eludido la captura. Los que fueron capturados les salió cara la huída con tortura o ejecución.
Desde entonces en Corea del Norte las pretensiones nucleares han vuelto debido a que la hambruna de la primera década del año 2000 ha mejorado. Ahora los problemas del país van en varios frentes, en los frentes de las Naciones Unidas que sospechan de las pretensiones atómicas y nucleares del gobierno y también por parte de su propia población a la que les sigue acechando problemas de salud debido a carencias alimenticias y psicológicas. Corea del Norte es un buen lugar para los turistas, pero se duda que sea igual para los locales.