¿QUÉ SIGNIFICA EL MENSAJE DE AÑO NUEVO 2021 DE KIM JONG UN?

El inicio de Año Nuevo 2021 en Corea del Norte –siete horas antes por lo general que en Europa y doce o más respecto a América Latina- llegó con el habitual deseo de Kim Jong Un dirigido a la ciudadanía.

Sin embargo, ha sorprendido –relativamente- la brevedad y el formato empleado por Kim Jong Un. Algunas especulaciones se han efectuado ya y aquí vamos a analizar algunos elementos que nos pueden permitir entender algunas claves, y que pueden ser de interés a nuestros lectores.

Los discursos de Año Nuevo de los líderes norcoreanos.

Kim Il Sung, el fundador de la República, dirigía cada año un discurso de Año Nuevo a la ciudadanía y su voz se escuchaba por todo el país. Por el contrario, su hijo Kim Jong Il, durante todo su periodo de mandato en solitario –iniciado en julio de 1994, hasta su fallecimiento en diciembre de 2011- nunca se dirigió a los ciudadanos por radio o televisión para enviar un mensaje de Año Nuevo. De hecho, es imposible localizar discursos de viva voz de Kim Jong Il, con alguna salvedad en donde se oyó su voz en público muy brevemente en un acto colectivo. Su pensamiento fue siempre por escrito o en reuniones con pocas personas, pero nunca por TV o en acto público.

Kim Jong Un no pronunció discurso de Año Nuevo en 2012, pues apenas hacía unos días que había asumido el control del Estado. Pero en el 2013 sí reinició la tradición de su abuelo –quizá intentando emularlo- y desde entonces, generalmente a través de la televisión y con alguna excepción por escrito en un documento publicado por los principales periódicos del país (Año Nuevo de 2019), siempre ha expuesto un largo discurso, con deseos, proclamas, propuestas, recuerdos al pasado, análisis del año vencido, posibles futuribles y con algunas temáticas siempre fijas: reunificación con el Sur, la amenaza exterior especialmente desde EE.UU, resaltar el papel del Partido del Trabajo y también, desde 2013, insistir en la necesidad de una mejora de la economía.

En cambio, llegados a 2021, los analistas esperaban con más interés que nunca el discurso de Kim Jong Un. ¿Por qué?  Y al contrario, ¿Cómo debe interpretarse en clave política la “carta” publicada en la prensa norcoreana y dirigida a la ciudadanía, breve y sin apenas contenido?

La carta de 1 de enero de 2021: Kim Jong Un se dirige a los ciudadanos norcoreanos.

A diferencia de los extensos discursos o escritos de años anteriores, Kim Jong Un exclusivamente ha dirigido el siguiente mensaje, en forma de “carta” hecha pública en todos los periódicos el 1 de enero de 2021. Textualmente, si tomamos la primera página del periódico Rodong Sinmun, órgano del Comité Central del Partido del Trabajo de Corea ha indicado lo siguiente:

“El líder supremo Kim Jong Un, presidente del Partido de los Trabajadores de Corea, presidente de la Comisión de Asuntos Estatales y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la RPDC, envió una carta a todo el pueblo, saludando el año nuevo lleno de esperanza, año Juche 110 (2021).

El siguiente es el texto completo de la carta:

“Kim Jong Un, Presidente del Partido del Trabajo de Corea, Presidente de la Comisión de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la RPDC y Máximo Dirigente de nuestro Partido, Estado y Fuerzas Armadas, envió un mensaje de su puño y letra a todo el pueblo coreano en ocasión del prometedor Año Nuevo 110 de la era Juche (2021), cuyo contenido es como sigue:

¡Feliz Año Nuevo!

Saludo cordialmente a todo el pueblo con motivo del Año Nuevo.

Deseo con toda sinceridad y respeto que la inapreciable felicidad se anide como nunca antes en todos los hogares del país y que mi amado pueblo disfrute del inestimable bienestar.

En este año seguiré trabajando incansablemente para anticipar una nueva era que haga realidad los ideales y deseos del pueblo.

Gracias a todos aquellos que en estos momentos duros han confiado en el Partido y lo han apoyado invariablemente.

Reafirmando mi inalterable lealtad a mi gran pueblo.

Kim Jong Un

Primero de enero de 2021.

El contenido de la “carta”.

En realidad, no es posible extraer prácticamente ninguna conclusión política directa sobre esta “carta”. Es un deseo de año nuevo muy ritual, un compromiso personal de seguir al frente del régimen y una cita al Partido del Trabajo por el apoyo y confianza que según Kim Jong Un ha recibido de la ciudadanía.

No hay cita a los referentes habituales. Ni a su abuelo y su padre –una ausencia que puede considerarse casi excepcional-, ninguna referencia a los problemas permanentes de Corea, como la economía, ninguna referencia a las relaciones con EE.UU y con Corea del Sur ni propuesta o deseo alguno para 2021 más allá del deseo de “felicidad” y “buena salud”.

Forzando la interpretación, habría una referencia implícita a la lucha contra el covid-19 (“buena salud”), al compromiso de Kim Jong Un para continuar gobernando –lo que nadie ponía en duda- y una referencia al Partido del Trabajo. No hay más.

Conjeturas e interpretaciones: ¿es una carta en forma de clave?

A nuestro juicio, la “carta” sorprende por ser breve y escasa en contenido, pero lo cierto es que, previamente, intuíamos que el mensaje o discurso de Año Nuevo para 2021 no asumiría mucho contenido. Las razones son diversas e incorporamos en este análisis algunos comentarios ya publicados en algunos medios de comunicación occidentales, que compartimos o discrepamos.

  • El analista Jeongmin Kim, para Nknews, afirma que la “carta” supone que Kim Jong Un tiene poco que decir. No nos parece correcto. En realidad, Kim Jong Un tiene muchísimo que decir, como cualquier otro dirigente.

Cuestión distinta es que el momento exacto de inicio del Año Nuevo 2021 es especialmente complejo por tres elementos: a) la nueva Presidencia de EE.UU que se inicia el 20 de enero de 2021 y sobre la cual Corea del Norte nada ha dicho, ha valorado ni se ha pronunciado; b) la pandemia del Covid-19 que, según el régimen, no ha producido ningún fallecido en el país pero siendo ello extraordinariamente dudoso, sí ha forzado a tomar medidas excepcionales para evitar males mayores; c) el Congreso del Partido, anunciado para enero de 2021 y aunque sin fecha definida, se celebrará muy posiblemente en la semana del 4 u 11 de enero.

  • Cha Du-hyeong, un especialista en temas norcoreanos del Instituto Asan afirma que quizá Kim Jong Un quiere trasladar una imagen humilde, ante la crisis sanitaria que afecta a los ciudadanos y un reconocimiento a las dificultades de los ciudadanos, en este aspecto de la salud pero también en la economía, cerrada casi a cal y canto por culpa precisamente de las sanciones internacionales y de la pandemia. 

La desertora norcoreana Kim Young-hui afirma que, pese a esta brevedad, Kim Jong Un es buen conocedor de la psicología norcoreana y que no debemos despreciar el elemento emocional de una carta sencilla, como lo fue también su discurso de octubre de 2020, en que entre lágrimas el dirigente hizo referencia a los sufrimientos del pueblo norcoreano. Por tanto, es factible que esta “carta” deba entenderse en clave específica, preparando un posicionamiento próximo, durante enero.

Aunque no discrepamos completamente de estas conjeturas, creemos que esta “carta” debe interpretarse en base a los siguientes elementos, que tampoco deben ser únicos, pues los entresijos palaciegos de Pyongyang son –casi- inexcrutables:

En primer lugar, el 8º Congreso del Partido debe celebrarse en pocos días. Oficialmente ya se ha anunciado la llegada de los delegados y también la acreditación de los mismos. 

Por tanto, es muy factible que entre el 2 y el 15 de enero se celebre este 8º Congreso, que asumirá diversos discursos de Kim Jong Un, de larga extensión, y en donde se tratarán muchos temas, como ya sucedió en el 2016, en el 7º Congreso. Por consiguiente, Kim Jong Un se está reservando para este acontecimiento, no adelantando nada de lo que dirá, ningún proyecto y tampoco que cambios sucederán. En este sentido, la “carta” es un preámbulo de los próximos días.

En segundo término, si el discurso de Año Nuevo hubiera incorporado un contenido más detallado, hubiera debido forzosamente tratado sobre la designación de Joseph Biden como presidente. 

Este elemento no es nada menor; tras el periodo 2017-2019 en que Kim Jong Un tuvo tres encuentros con Donald Trump, el régimen de Pyongyang posiblemente no tiene, todavía, un discurso elaborado frente a un resultado electoral que no tenía previsto o que quizá no esperaba o, confundiendo realidad y pensamiento, no deseaba. Es decir, quizá el más fiel “votante” de Donald Trump era Kim Jong Un y el triunfo de Joseph Biden y Kamala Harris descoloca completamente o en elevadísimo grado a la diplomacia norcoreana, al núcleo duro del régimen y al propio Kim Jong Un.

En algún momento, en los próximos días, los medios de comunicación norcoreanos deberán anunciar a los ciudadanos que Donald Trump ha perdido las elecciones. Hoy por hoy, es el único Estado del mundo que no ha reconocido tal victoria, aún más, no ha hecho ningún comentario. Incluso dudamos que la ciudadanía norcoreana lo sepa, aunque sí la más alta élite. Y este anuncio deberá hacerlo en pocos días y posiblemente el 8º Congreso es el momento adecuado. Un mensaje para la Administración Biden y, también, un mensaje para el Sur.

Por lo demás, toda la relación con EE.UU pasa también por Corea del Sur. ¿Qué decir en un discurso de Año Nuevo en un contexto tan complejo?

Hay elementos importantes que no pueden ignorarse: Joseph Biden será nuevo Presidente el 20 de enero y se trata de un presidente de gran experiencia –ha sido ocho años vicepresidente y además, con un mando efectivo real en el tándem Obama-Biden a partir de 2008-, con un equipo en asuntos exteriores de primera magnitud y con un enlace con las agencias de inteligencia y seguridad norteamericanos que será, sin duda, infinitamente mejor, que la desconfianza y reproches que el “deep state” norteamericano tuvo con Donald Trump.

A riesgo de error, no tardaremos mucho que Biden o quizá aún más Kamala Harris –sobre la que debemos prestar mucha atención, habida cuenta la edad del nuevo presidente- visiten Seúl, o en todo caso su Secretario de Estado. El presidente de Corea del Sur Moon jae-in tiene ante sí un nuevo interlocutor y apostamos, por algunas declaraciones que se han efectuado, que no le desagrada tenerlo, porque aunque Trump ha apoyado a Corea del Sur, las imprevisibilidades de la Administración Trump colisionaban con la sólida y bien engrasada administraciones surcoreana y su Presidencia. No obstante, que desde Seúl no se vea con desagrado a la nueva Administración, ello no impide que pasarán meses antes que unos y otros mantengan relaciones muy fluidas.

Por lo demás, Kim Jong Un tiene ante sí un nuevo desafío, nada menor y que acontecerá entre 2021 y 2022: si en 2021 se iniciará con un nuevo Presidente en EEUU, en el 2022 hay elecciones en Corea del Sur. En un periodo de 18 meses, si las elecciones surcoreanas acontecen en mayo de 2022, el régimen de Kim Jong Un se encontrará con dos nuevos interlocutores completamente distintos a los que tuvo hasta 2020: al errático y surrealista Donald Trump le habrá sucedió un muy sólido Joseph Biden y una Administración de exteriores de EEUU profesionalizada y en Corea del Sur la empatía del presidente Moon Jae-in, que ha hecho un gran esfuerzo de relaciones diplomáticas con Pyongyang, puede ser sustituida por algún nuevo Presidente que ni conocemos ni intuimos, pero que podría retornar a las agrias relaciones del pasado, con el presidente Lee o la presidenta Park.

Finalmente, aunque no creemos que la sociedad norcoreana esté expectante ante el 8º Congreso, lo cierto es que algún elemento de novedad deberá aportar. Si no quiere ser un acto administrativo más, con un ritualismo de discursos “dejà vu”, su convocatoria deberá aportar novedades, especialmente en proyectos económicos, pero también en relaciones exteriores. 

Es cierto que en los Congresos, todo está “cocinado” –no es excepción tampoco ello en las democracias occidentales, así que no pidamos a Corea del Norte una novedad en estos actos congresuales- pero será importante comprobar si esa “cocina” es el kimchi coreano de rigor o bien aporta alguna novedad u originalidad que pueda marcar el rumbo del Estado norcoreano en los próximos cinco años. A fin de cuentas, el tradicional “kimchi” goza de muchas variedades y la elaboración del mismo –conocido como kimjang- es todo un arte.

En conclusión, no creemos que la “carta” de 1 de enero sea especialmente significativa. Posiblemente era la solución adecuada a los acontecimientos que sucederán en enero, tanto en el interior del país (8º Congreso del Partido) y en el exterior (toma de posesión de Joseph Biden y Kamala Harris). Habrá que estar, por tanto, muy alerta a los mensajes, discursos y debates que acontecerán en Pyongyang en las próximas semanas y si el 2021 es año nuevo con un nuevo kimchi o sólo una repetición de la receta habitual. Desde aquí les informaremos y valoraremos los acontecimientos.

Observatorio 9-B de Estudios norcoreanos.

1 de enero de 2021.

Observatorio-estudios-norcoreanos@gmx.com

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